
Las comunidades indígenas ancestralmente hemos convivido con la naturaleza, respetando las leyes de origen, que la misma Madre Tierra nos la transmitido y que de generación en generación hemos seguido respetando y acatando estos mandatos. El hombre en general es parte de la naturaleza, por tanto ella no nos pertenece, nosotros le pertenecemos a ella. Y como hijos la respetamos y luchamos por la defensa de la Vida y la pervivencia de todos los seres que nos hacen posible la existencia.
Que ante las pretensiones engañosas de las multinacionales y pequeñas empresas de saqueadores de los “recursos naturales”, que para nosotros son elementos vitales para la supervivencia de la especie humana y de la vida de todo el planeta. Ratificamos que no estamos de acuerdo y no aceptamos ninguna modalidad de explotación a nuestra MADRE TIERRA, pues conocemos los efectos que han ocasionado en otras partes de Colombia y el mundo y los efectos por venir aún la humanidad no los dimensiona por su afán de capitalizar todo lo que se ve a nuestro alrededor.