“El Estado ha colapsado. Todas sus instituciones más importantes están corrompidas. Así no podemos vivir. Necesitamos una nueva casa para todos. Vamos construir una nueva Guatemala a través de un proceso constituyente popular plurinacional”, plateó Telma Cabrera, indígena mam, Presidenta del Comité de Desarrollo Campesino (CODECA), ante una multitud de indignados movilizados del campo a la ciudad exigiendo la renuncia del Gobierno y la refundación del Estado.
Mariano Caal, joven indígena q’echí, mientras nos comparte una tortilla amarilla de maíz nuevo, en el Parque Central, nos dice: “Venimos como 200 personas de nuestro Municipio San Luis, Petén. Salimos ayer a las 8 de la noche, y llegamos hoy a las 4 de la madrugada. Entre todos, incluyendo quienes no vinieron, tuvimos que ajustar Q. 125.00 por persona para el bus. Y aquí estamos. Nos vamos felices. Es la primera vez que sentimos aceptación en la ciudad y en las radios,(…)”.
Y efectivamente, esa otra Guatemala (que vive indignada y excluida desde hace mucho tiempo atrás), proveniente de 20 departamentos, irrumpió, el 20 de mayo, en la ciudad capital, y por cuatro columnas diferentes, ingresaron serpenteantes directo hacia el corazón político de Guatemala, (Parque Central), bajo la consigna de: “Fuera políticos, empresarios y militares corruptos. Vamos por un proceso de Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional”.
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